Pide perdón a su familia y la sociedad por haber vendido droga

18 / Octubre / 2016

Por Oscar Verdín Camacho

La frase no podía quedarse guardada en los archivos de los juzgadores orales de Tepic:

La semana pasada en la sala 2, el juez Guillermo Romero Ríos encabezó una audiencia que se preveía rápida y sin aparente trascendencia: el procedimiento abreviado con el que un hombre aceptaría su responsabilidad en un delito contra la salud, en la modalidad de narcomenudeo.

Hace unos meses, el individuo que únicamente será citado como Everardo fue detenido en una colonia de Tepic. En una mochila traía varios envoltorios con cocaína, cristal y mariguana, así como una báscula gramera.

En la diligencia del procedimiento abreviado, ya acordado con la defensa particular y con el propio imputado, una agente del Ministerio Público solicitó condena de cinco años y multa equivalente a 200 días.

Romero Ríos preguntó a Everardo si entendía el significado del procedimiento: sí señor. Si aceptaba la responsabilidad del delito y la penalidad anunciada: sí señor. Si fue obligado, presionado para aceptar al proceso abreviado: no señor.

Superada esa parte, se retiró al imputado la prisión preventiva –estaba recluido en la penal de Tepic- y cambiaron las medidas cautelares. Recuperaría la libertad, pero debía presentarse una vez por semana ante la Unidad de Medidas Cautelares.

Everardo no parece un típico distribuidor de drogas. Ya ronda por los 50 años y usa lentes de contacto que le dan otro aire.

En la sala, donde todo se graba en audio y video, en los lugares destinados al público sólo había dos personas: una mujer con parentesco del imputado y este reportero.

Concluía la audiencia cuando el juez preguntó a Everardo si tenía algo que añadir. Y respondió con tono sincero y espontáneo:

Pido disculpas a su señoría, a mi familia y a la sociedad que afecté.

La frase no podía quedarse en los archivos de los juzgados.