Cuatro historias de ladrones con mala suerte en Tepic

* Uno cargó con monedas de SUFACEN; otros dos desmantelaban taxis; y uno más fue encerrado dentro del vehículo que pretendía robar por el propio agraviado.

23 / Enero / 2017

Por Oscar Verdín Camacho

Con 85 monedas de un peso, 14 de cinco pesos, una de 10 pesos y diversos billetes, José Guadalupe Bermúdez salió corriendo de una farmacia SUFACEN en el fraccionamiento Fray Junípero Serra.

Con un objeto que simulaba un arma había amenazado a una empleada de farmacia, una noche de finales de septiembre del 2016. Ya te la sabes, precisó la trabajadora que le dijo, exigiéndole el dinero de una caja registradora. La muchacha acató la orden.

Pero Bermúdez no llegó lejos: reveladas sus características y las ropas que vestía, minutos después fue detenido por policías estatales, reconocido por la agraviada y, además, captado el momento del atraco en un video del propio establecimiento. Ni para dónde hacerse.

Así, al rapado Bermúdez, de algunos 40 años, renunció al procedimiento ordinario de justicia oral y aceptó el procedimiento abreviado, confesando su participación en el delito de robo y por el que fue condenado a un año de prisión, según la petición de la Fiscalía General del Estado.

Pero Bermúdez no ha sido el único ladrón con mala suerte y que fue a parar a la cárcel:
A mediados de septiembre pasado, Moisés Ramírez consiguió introducirse a un vehículo tipo Vens en el que son transportados instrumentos del grupo norteño Máxima Potencia. El carro estaba estacionado en una de las calles de la colonia Tierra y Libertad.

De manera coincidente, mientras Ramírez permanecía dentro del carro, el propietario de éste se dirigió a una tienda y se percató del ilícito.
Lo más singular es que Moisés Ramírez ya no pudo salir de la Vens puesto que varias personas la rodearon y cerraron la puerta corrediza. Así quedó atrapado. Más tarde la policía se hizo cargo de él, evitando que fuera golpeado.
El sujeto –que podría estar relacionado con otros robos puesto que le fue encontrada una llave- se sometió a un procedimiento abreviado, aceptando una condena de cinco meses por el delito de tentativa de robo.
Otra historia de robo y detención es la del joven Aristeo, de semblante tristón.
Había sido taxista, consume drogas y es una preocupación para sus padres porque hace tiempo empezó a deambular por las calles, prácticamente como indigente.
En diciembre pasado, precisamente sus padres le consiguieron una casa en renta en la colonia Faisán, a donde Aristeo llevó un automóvil Tsuru tipo taxi, el cual, justificaba, era de su nuevo patrón.
Pero Aristeo mentía: ya le había quitado la batería y la vendió, e igual procedió con dos puertas. Poco a poco fue desmantelando el coche, vendiéndolo en partes, hasta que un juez dictó una orden de cateo y se confirmó el robo de un taxi, de modelo reciente.
Se estima que el Tsuru tenía valor de unos 70 mil pesos.
Considerando que Aristeo tiene otro expediente por delito contra la salud, además de que existe riesgo de que pueda darse a la fuga, se le dictó prisión preventiva por lo que deberá permanecer en la penal de Tepic durante el tiempo que dure el juicio.
En una de las audiencias se ventiló que Aristeo dijo ser mecánico y ser su propio jefe.
El caso Aristeo conduce al de Ricardo Mendoza, que una madrugada de octubre pasado cometió el delito de robo equiparado, quitándole dos llantas a un vehículo Nissan Tsuru tipo taxi, en complicidad con otro sujeto.
Interrogado por un juez, Mendoza aceptó el procedimiento abreviado, negando que hubiera sido presionado para tal fin. Le fue impuesta una condena de un año y tres meses.
Según lo ventilado en la audiencia, las llantas robadas se las pusieron a otro taxi.