NUMINOR: Demagogia y Populismo Galopan Incansables

Por Agustín Almanza Aguilar

29 / Septiembre / 2017

Los niños y niñas del Rébsamen No quiero imaginarme que hayan tenido que pasar por la experiencia de haber contemplado escenas en las cuales morían poco a poco sus compañeritas y compañeritos, y –peor– si pasaron días sin ser rescatados los cadáveres. Luego, lo de la corrupción en las licitudes de las construcciones, lo mal hecho del edificio Ahora, pasemos al teatro de los partidos políticos que se encuentran actualmente como ‘oferteros’ del quién dá más, quién dá menos, respecto a lo que ponen en el tapete tianguero, es decir, el porcentaje que podrían dar, ‘generosamente’, de lo que absurdamente reciben para su sostenimiento y nefastas campañas electorales –hoy con lo del 2018–, que son miles de millones de pesos arrancados al pobre pueblo –que para nada es tomado en cuenta para tal esquilmo–. Aparecen los líderes de esos aberrantes partidos políticos con un rostro maquillado de procaz pseudo dignidad, de cinismo irredento, y aducen que ellos, sólo ellos y su impoluto organismo depredador, podrá salvar a nuestro México, y más ahora con el desastre de los sismos. ¡Ni ellos mismos se lo creen! Es fácil imaginarnos el verlos reunidos carcajeándose sarcásticamente de la ignorancia del noble pueblo, aferrados patológicamente al poder político y económico. Ningún partido ni dirigente alguno se escapa de portar genéticamente su colota peluda de roedor y roedora. ¡Son muchos partidos! Es demasiado el dispendio del erario público. Y lo mismo vá ante los insultantes salarios de los legisladores –de los parásitos plurinominales, que nadie votó por ellos–, de los magistrados, de los jueces, de los funcionarios, de todos esos farsantes disque ‘servidores públicos’

Una de esas parásitas legisladoras local –no mencionamos su nombre, pero fue pública y notoria su descarada ambición, ¡acabando casi de sentarse en la curul!– urgió la pronta autorización para estrenar auto de lujo, de esos que valen como 300 mil pesos, pues lo necesitaba para acudir humanitariamente a su distrito para cumplir ‘cristianamente’ sus promesas de campaña. ¡Pobrecita! Ese capital debería donarse para los desastres como el que hoy padecen muchos paisanos. Este tipo de enfermizas ambiciones monetarias ya lo había manifestado, aquí también en nuestro estado, una consejera del Instituto Estatal Electoral –tampoco mencionamos su nombre–. ¡Pura hambre de salir de pobres en el paso del cargo que malamente ocupan!

Por último, esperamos que los integrantes del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Local Anticorrupción cumplan su encargo social y se vean resultados pronto, porque urge que los corruptos que acaban de salir, no sólo del ámbito estatal sino municipal, sean llamados a cuenta, y nos vayan a dar ‘atole con el dedo medio’.

¿Quién será el nuevo Fiscal General?...