EL RITMO DE LA VIDA: Cada día aparece menos culpable el ex rector López Salazar

Por Pepe Reyna

15 / Mayo / 2018

Hace tiempo, a fines del 2017, el secretario general del Sindicato de Empleados y Trabajadores de la Universidad Autónoma de Nayarit, el SETUAN, Luis Manuel Hernández Escobedo, aseguraba ante medios de comunicación que la investigación que se hacía en ese entonces en contra del ex rector de la propia UAN, Juan López Salazar, iba arrojando resultados en el sentido de que el ahora ausente y perseguido por un supuesto desfalco de más de 500 millones de pesos podría no ser tan culpable como aparecía.

En esa ocasión, Hernández Escobedo, aunque no muy claro en sus declaraciones a la prensa, daba a entender que el criminal manejo del dinero de la Universidad podría tener su origen en otro lado, es decir, en personas ajenas al ex rector López Salazar.

Para ese entonces, el presunto responsable de la crisis económica de la UAN era buscado no sólo en Nayarit ni en México, sino hasta en el extranjero por parte de la Interpol, pero conforme fue transcurriendo el tiempo el señalamiento en contra de López Salazar se fue desvaneciendo hasta llegar a nuestros días en que el requerido ya casi ni se menciona, ni se insiste en su culpabilidad, como que los investigadores llegaron a la conclusión de que la justicia estaba orinando fuera de la olla.

Con el manejo que actualmente se está dando a otras probables líneas de investigación, lo dicho por el setuanista Hernández Escobedo parece cobrar más importancia de la que en un principio se le dio, lo que podría dar lugar a que se esté en espera de grandes sorpresas en cuanto al desfalco universitario que ya tiene sus buenos años de estar ocupando las principales páginas de los diarios impresos y de los espacios de radio y televisión. Y sin que López Salazar se atreva todavía a reaparecer en la escena y aclarar muchas cosas que la sociedad está demandando.

Entre tanto, el alto mando de la UAN sigue tratando de convencer a la gente de que la situación financiera de la Universidad todavía tiene para rato. Quizá durante el tiempo que le falta al rector Ignacio Peña para que deje las riendas de la institución.

El papel de ésta continúa siendo el de la víctima de un despiadado saqueo que nadie sabe explicar cómo sucedió y de parte de quién. La advertencia es la misma de años anteriores de que a partir de julio ya no habrá dinero ni para sueldos, y que la situación habrá de complicarse en los meses finales del 2018, en caso, se pica la cresta del gallo, de que los gobiernos federal y estatal no respondan a los requerimientos de la rectoría.

Todo parece ser una copia anual de lo que ha venido sucediendo a partir de un temido mes de julio y la amenaza de desastre para noviembre y diciembre. No ha habido de otra desde finales del 2014 en que la UAN cayó de pronto, de una situación si no envidiable, pero sí estable en recursos económicos, a una oscura situación crítica donde los lamentos que ahí se escuchan parecen ser la calca de una representación teatral de la trágica obra de La Llorona.