CON PRECAUCIÓN: Ahora los mexicanos se enteran más y mejor de la realidad del país

Por Sergio Mejía Cano

25 / Junio / 2024

Una característica que es común hoy en día en algunos profesionistas de nuevo cuño y con más años en su profesión es desairar las opiniones de gente común que no cuenta con una carrera profesional que requiere título universitario o cuya profesión es diferente, sobre todo en algunos abogados que se formaron durante estos últimos 36 años en donde imperó el sistema neoliberal, pues fueron formados de tal manera que ahora no comprenden que se les contradiga cuando defienden más al poder económico que a la clase trabajadora.

Un claro ejemplo se da en la Ley Federal del Trabajo (LFT), en lo que se refiere a los días de descanso obligatorio, pues en dicha ley se dice que si el patrón o empleador solicita que sus trabajadores desempeñen sus labores en estos días de descanso obligatorio a los trabajadores se les pagará una cantidad adicional por presentarse a laborar en estos días. El problema es que, si un trabajador no quiere asistir a sus labores en estos días de descanso obligatorio, así se le page triple el día, algunos patrones o empleadores sancionan o castigan a esos trabajadores que prefirieron aplicar el descanso obligatorio.

Patrones y empleadores y algunos abogados se dan la razón de que, porque se le paga al trabajador, este está obligado a asistir a laborar porque se le está pagando doble o triple, según sea el caso, sin importar que sea día de descanso obligatorio por ley.
Sin embargo, en la misma LFT se establece que, cuando haya ambigüedad en alguno o varios de sus artículos, se le dará la razón al trabajador; así que en estos casos, si un trabajador elige hacer uso del descanso obligatorio por ley, así se le retribuya un pago adicional, está en todo su derecho y no puede ser reconvenido por lo mismo; y he aquí cuando algunos abogados noveles y otros ya con más antigüedad en el conocimiento y aplicación de las leyes, insisten en que el trabajador se tiene que presentar a laborar porque se le está pagando el día de descanso, es decir, se cargan más a favor de los patrones y empleadores que a la LFT y, por ende, en contra de la clase trabajadora.
Pero así como se comportan estos abogados de las nuevas generaciones, también despotrican ahora contra los ciudadanos comunes que están opinando respecto a la ya tan cacareada reforma al Poder Judicial, pues algunos abogados, al igual que varios analistas políticos y hasta periodistas, se burlan del ciudadano común que opina respecto a esta reforma, aduciendo que sin tener un claro conocimiento de lo que se trata, aun así se ponen a afirmar que sí tiene que llevarse a cabo dicha reforma al Poder Judicial.
Me comenta un conocido que es abogado que es algo similar a cuando se hizo el referéndum sobre la cancelación del nuevo aeropuerto que se iba a construir en las inmediaciones del lago de Texcoco, porque la gente opinaba al respecto sin tener conocimiento real de qué o por qué dicha cancelación, que la mayoría de las personas que prefirieron la cancelación lo hicieron por lo que oían, les decían o leían; que todo se debió al poder mediático al que, por supuesto, hubo opiniones en pro y en contra, en donde claramente ganó la opinión a favor de la cancelación, pero que lo que se hizo en realidad era haber interrumpido la modernización del país en cuanto a aeropuertos se refiere.
Y que ahora es igual, que la gente está a favor de que se lleve a cabo una reforma al Poder Judicial, sin saber o conocer a fondo de qué se trata este asunto. Sin embargo, defenestrar a priori las opiniones de otras personas, supuestamente porque no conocen a fondo lo que es el Poder Judicial, sino que nada más se van con la finta de lo que se le señala en contra de este Poder, es de por sí no tener en cuenta que hoy en día los mexicanos de ambos sexos ya están más politizados, que de una u otra forma la gente se entera cada día más de cómo masca la iguana en el Poder Judicial, porque es un hecho y está comprobado que dentro del Judicial hay serias anomalías en cuanto a corrupción, nepotismo y, sobre todo, gastos ostentosos y onerosos con el dinero público.
Muchos mexicanos han sufrido debido a la corrupción que impera en varios de quienes integran el Poder Judicial, sobre todo gente de escasos recursos que no tienen modo de que sus casos judiciales avancen o se les dé solución pronta y expedita, tal y como lo establece nuestra Carta Magna y las leyes que de ella emanan. Y no es romanticismo, basta con platicar con alguien que haya llevado algún tipo de juicio para comprobarlo.
Sea pues. Vale.