Mujeres y Niñas libres de Violencia

24 / Noviembre / 2014

Por: Lorena Meza Reyes.

México un país donde la violencia contra las mujeres y las niñas es el pan nuestro de cada día, se ve obligado a implementar políticas públicas para resolver este problema de antaño, del cual no se hablaba pues la educación dada con anterioridad, al interior de las familias era la del aguante. Hoy con el empoderamiento de las mujeres, se pone de manifiesto que deja de ser un problema privado y se convierte en público.

Las manifestaciones de violencia contra las mujeres y las niñas en lo privado y en lo público, se han registrado desde los años noventa. Sin embargo, fue hasta el 2003, cuando se realizaron las primeras encuestas nacionales en materia de violencia contra las mujeres, tales como la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH 2003), que realizó el Instituto Nacional de las Mujeres con el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI), y la Encuesta Nacional sobre Violencia contra las Mujeres 2003 (ENVIM 2003) de la Secretaría de Salud y el Instituto Nacional de Salud Pública. Aunque tienen metodologías distintas, en el caso de la violencia física de pareja, la prevalencia fue similar: 9.3 en la ENDIREH 2003 y 9.8 en la ENVIM 2003. Estas encuestas pusieron de manifiesto que la violencia contra las mujeres no era un fenómeno aislado, sino que afectaba a un importante número de mujeres, con lo cual se dejó de ver el problema de carácter privado y se reconoció como un problema público, formando parte de la agenda gubernamental.
De acuerdo con la última encuesta del INEGI, 62.7% de las mujeres de 15 años o más han padecido, al menos, un incidente de violencia en cualquier ámbito y momento de su vida.

Los actos de violencia en contra de las mujeres son ejercidos por diversos sujetos con quienes las mujeres establecen relaciones, desde los más cercanos como la pareja y familiares, personas no tan cercanas como directivos o compañeros de trabajo, autoridades y personal de centro o instituciones educativas, hasta desconocidos.
Este clima de violencia no sólo ha generado señalamientos por parte de organismos internacionales, sino que casos particulares han llegado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH). En efecto, el tribunal interamericano ha sentenciado en seis ocasiones al Estado mexicano. La mitad de estas sentencias se refieren a violaciones a los derechos humanos de las mujeres: González y otras (Campo Algodonero), Fernández Ortega y Rosendo Cantú.

No obstante, en México existe un compromiso para adoptar políticas públicas y medidas legislativas de acción afirmativa necesarias para eliminar disposiciones legales y otro tipo de obstáculos, valores y prácticas sociales que discriminan a las mujeres y a las niñas, o que reproducen situaciones de desigualdad o marginación.